Los problemas o actos expuestos en nuestro actual medio de espectáculos, no hace sino demostrar que tenemos acepciones, sea en cualquier ámbito, en comprensión y uno que otro cuestionamiento existencial, aun no resuelto. La sociedad peruana, es humana o marcadamente urbana.
Ser humano, aquel que es consciente de su potencial para evitar o resolver situaciones sin causar ningún perjuicio a otras personas de su entorno social, cultural, económico, etc. Aquel que siente en toda la extensión y aplicación de la palabra; que observa y no solo mira, que escucha y no solo oye; que habla y no transgrede. Ser urbano, aquel que no es consciente... mejor dicho, es todo lo contrario.
Porque Se enseña, a hacer algo que ellos mismo ni pueden definir bien: a ser artistas sin saber que es talento, a ser famoso sin saber que alcances tiene la fama, a ser humano sin saber que significa humanidad, todas estas, en toda la comprensión, situación y extensión de sus significados. Seamos honestos, independientemente y solo con algunas excepciones, las personas que consumen este tipo de noticias son de NSE B hasta el E, en la que la educación tanto gubernamental, familiar y social es limitada o casi nula, en la que se prefiere ver un programa antes que leer un libro y eso es por decirlo menos, perjudicial y lamentable. No se es libre, cuando se conoce solo una parte, en general.
No hay que dudar que la fama o el dinero o el amor o los tres juntos lleguen rápido, pero eso justifica que enseñemos a ver esto como un fin carnal o que el primero, se logra por cómo nos vemos por fuera. Al consumir todo esto, Porque no nos preguntarnos cada uno esto, sin antes reconocer que los permitimos. Pues no hay que ser testarudo, ciego o sabio para darse cuenta de lo que la televisión transmite y el impacto que tiene en cualquier acostumbrado ser visual.
El desmentido abusivo, el insulta policías, el infiel o el sabe Dios qué adjetivo, al transmitir reacciones o impulsos, sin ninguna responsabilidad a un niño que pasa horas mirando una pantalla, ¿qué pasará por su mente no?, ¿que imaginan? o con algún tipo de sentido común, ¿qué creen que adoptan como ejemplo estos menores? Y no se trata de solamente ponerle una raya más al tigre, sino de la importancia que le demos y de cómo nos afecte, ya que a mi particularmente, meses atrás es grave enterarse de menores que se inyecten petróleo para parecerse a ellos. Y si es que ese signo, no les parece grave, tal vez me bajé en otra clase de galaxia o mundo paralelo.
Por esto y por muchas cosas más, el espectáculo en el Perú, será de alguna u otra manera, visto de forma chistosamente asolapada o continuamente despreciable. El problema del peruano es cualquier persona inconsciente... o también, conocido mayormente como cualquier otro peruano.
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